La conjunción de numerosos factores ocasionó un espectacular incremento del coste de los fletes de transporte marítimo desde finales de 2020. La logística internacional ha vivido meses en los que ha tenido un gran impacto el aumento de la demanda (sobre todo por el auge del comercio electrónico), las interrupciones de la cadena de suministro, la falta de producto, las restricciones y la congestión en los puertos y numerosas deficiencias en las terminales portuarias (como la pésima distribución de los contenedores), lo que se ha traducido en unos altísimos precios en las tarifas de transporte.
El control de la pandemia reforzó las expectativas de crecimiento del comercio internacional en un ambiente todavía de congestión del mercado mundial y de incrementos constantes del precio de los fletes. Pero la invasión de Ucrania está teniendo unas consecuencias notables en la globalización, puesto que el encarecimiento de las materias primas y, sobre todo, de la energía, está generando una inflación galopante, que ha venido acompañada por una caída notable de la demanda y un aumento del stock (que es mucho más visible si se tiene en cuenta que el segundo semestre es el periodo de máximo consumo en el hemisferio norte), situación que se va haciendo más palpable conforme se prolonga el conflicto bélico.
Un dato revela esta situación: las exportaciones de China se han reducido una quinta parte por diferentes causas, pero todas apuntan a la reducción del coste de los fletes. De hecho, el crecimiento interanual de las exportaciones desde China a la Unión Europea se desaceleró al 11,1%, en comparación con el 23,2% de julio. Esta situación de retroceso en las exportaciones asiáticas se va a mantener al menos hasta bien entrado el año 2023.
En las últimas semanas, el incremento de la oferta de espacio para la carga por la falta de pedidos y la reducción de los embotellamientos está siendo paralela a la reducción de las tarifas que, sin retroceder a las posiciones prepandemia, han comenzado a ofrecer reducciones de coste del 20% en parte gracias al progresivo desbloqueo del puerto de Shanghái. Este proceso de descenso de la actividad comercial marítima se da de forma paralela a la construcción, por parte de las navieras top ten, que tienen órdenes de construir unos 5,2 millones de TEUs.
Todos estos factores están permitiendo recuperar la normalidad en el coste de los fletes marítimos, aunque la mejora todavía está muy lejos de los precios que se manejaban en septiembre de 2019 (entonces costaban una tercera parte),
Algunos ejemplos de la reducción: el Baltic Dry Index, un índice promedio de referencia que mide el coste del transporte a granel ya se encuentra en los niveles de prepandemia; mientras que el índice compuesto Drewry, que mide el coste de los barcos contenedores de 40 pies, lleva 27 semanas a la baja. Estos últimos días ya ha caído un 43% en comparación con la misma semana del año pasado. Por último, el Freights Baltic Index, una herramienta que mide las tarifas de los contenedores, está en mínimos de 16 meses, un 52% por debajo de los máximos.