La invasión rusa a Ucrania genera grandes incertidumbres sobre la ruta ferroviaria de mercancías que une Asia y Europa

El transporte de mercancías por ferrocarril es una forma cada vez más atractiva para quienes comercian en los mercados internacionales, sobre todo con trayectos de muy largo recorrido como los que afectan a la logística entre China y la Unión Europea. Se trata de un medio muy competitivo en precio comparado con el aéreo y más rápido que las rutas marítimas entre puntos de larga distancia.

Junto con el transporte aéreo y marítimo, el transporte de mercancías por ferrocarril es ahora una forma cada vez más atractiva de enviar mercancías entre China y Europa. Los principales beneficios son la velocidad y el coste. El transporte de mercancías por ferrocarril es más rápido que el marítimo y más rentable que el aéreo.

Por tanto, el ferrocarril es ideal para mercancías imperecederas y con un bajo coste de mantenimiento. De esta manera los envíos ferroviarios de Asia a Europa corresponden a industrias como la automoción, de consumo, minorista y de moda, fabricación industrial y tecnología.

La recuperación de la “Ruta de la Seda”, en este caso con líneas ferroviarias, está atrayendo cuantiosas inversiones, sobre todo del gobierno chino, con el objetivo de generar un trayecto cada vez más directo que solo necesite el apoyo de entrega en la última milla.

Algunos datos apoyan esta tendencia:

  • El viaje en tren de China a Europa, de terminal a terminal, y dependiendo de la ruta, dura entre 15 y 18 días. Eso es aproximadamente la mitad del tiempo que lleva mover contenedores por barco, lo que facilita la reacción a los cambios del mercado y reducen los stocks.
  • Los costes de los fletes marítimos son más bajos que los del ferrocarril, aunque los tiempos de entrega se prolongan.
  • Los altos costes del transporte aéreo lo hacen viable solo para productos con alto valor añadido.
  • Las emisiones de CO2 del tren son las más bajas.
  • Hay compañías especializadas en la consolidación de carga.
  • Se está incrementado el uso de contenedores refrigerados (Reefer).

Líneas ferroviarias de mercancías entre China y Europa

En la actualidad hay operativas dos rutas principales para los trenes de mercancías, con conexiones a otros territorios:

  • Ruta Sur: a través de Kazajistán y el sur de Rusia es la más adecuada para el transporte de mercancías desde y hacia el centro de China, por ejemplo, las regiones que rodean Chengdu, Chongqing y Zhengzhou.
  • Ruta Norte: a través de Siberia es ideal para el transporte de contenedores a las regiones del norte alrededor de Beijing, Dalian, Suzhou y Shenyang.

Los puntos de recepción de mercancías más relevantes de Europa son: las terminales de Duisburg y Hamburgo en Alemania y Varsovia en Polonia. La mayoría de los productos tienen como destino Alemania, el mercado más grande, pero las entregas también van a los países vecinos: Bélgica, los Países Bajos, Francia, Dinamarca, Suiza y, en ocasiones, se extienden al Reino Unido, España y Noruega.

Un largo proyecto con peculiaridades

En los últimos años, China ha realizado inversiones sustanciales en el enlace ferroviario entre Asia y Europa, construyendo sus propias terminales y líneas ferroviarias.

Pero no todo es tan positivo:

  • Algunos países de la ruta están sujetos a sanciones o boicots por parte de países europeos y viceversa, lo que significa que algunas mercancías pueden estar sujetas a prohibiciones para ciertos países.
  • La infraestructura rusa es muy antigua y la inversión es mucho más baja.
  • La ruta cruza varias fronteras entre países sin acuerdos comerciales mutuos.
  • Los territorios que se atraviesan tiene distintas características climatológicas, lo que puede afectar a algunos productos.

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Un escenario marcado por la guerra

Las sanciones que la Unión Europea ha impuesto a Rusia por su invasión a Ucrania tienen un impacto directo en la ruta ferroviaria de carga entre China y Europa y generan inseguridad en la labor de los transitarios, lo que está provocando un desplazamiento del comercio internacional a las rutas marítimas, para evitar problemas con la carga y el incumplimiento de los plazos de entrega, lo que puede afectar a los cobros de las mercancías. Aunque las empresas y los Estados trabajan para conseguir a acortar los tiempos de recorrido, la falta de inversión y los numerosos procesos de recarga encarecen y retrasan la llegada de cargas a Europa.

Una consecuencia directa es que el tren semanal China-Europa desde Shangháiha experimentado una caída del 40 % en las reservas y una reducción de su frecuencia. Del mismo modo, el tren de carga de la Ruta de la Seda de Vietnam ha sido suspendido. El servicio, que opera a través de Zhengzhou, se  estableció en julio tras la creciente demanda en el sudeste asiático de opciones de carga no marítima o aérea y la congestión de camiones pesados ​​en la frontera entre Vietnam y China.

Además, el trasvase de más mercancías a las rutas marítimas va a suponer un aumento del 5% al 8% en un sistema que desde hace muchos meses está al borde del colapso.