La desaceleración económica de los países más desarrollados enfría el avance del comercio mundial para el ejercicio 2023

Las previsiones son más sombrías para el ejercicio 2024 en que se anuncia una reducción de las transacciones comerciales internacionales

Un reciente artículo publicado en el blog de la Organización Mundial del Comercio (OMC)  por Ralph Ossa, economista jefe de dicha institución, referido al informe de  “Perspectivas y estadísticas del comercio mundial”  revisa a la baja las previsiones para el comercio mundial en 2023 y 2024. Para el presente ejercicio reduce las previsiones de crecimiento del volumen del “comercio mundial de mercancías al 0,8%, menos de la mitad del crecimiento del 1,7% que habíamos previsto en abril del año pasado”.

Esta revisión a la baja viene marcada por varios los factores:

  • la economía mundial se enfrenta a un aumento de la inflación y a unos tipos de interés elevados desde el cuarto trimestre de 2022, en particular en la Unión Europea y los Estados Unidos.
  • Aunque la disminución de los precios de la energía y el fin de las restricciones chinas debidas a la pandemia generaron esperanza en una recuperación rápida, las dificultades en los mercados de la propiedad lo han impedido.
  • A estos factores se suman los conflictos bélicos entre Israel y Palestina y el que comenzó hace camino de dos años entre Rusia y Ucrania, que también siguen pesando sobre la economía mundial.
  • Los sabotajes piratas de los hutíes frente a las costas de Yemen están generando un nuevo e importante factor de inestabilidad en el comercio internacional en el tránsito desde Asia a Occidente. Aunque Estados Unidos ha puesto en marcha una coalición militar (operación “Guardián de la Prosperidad”). integrada por varios países para garantizar la seguridad y la libertad de navegación en el mar Rojo ante los ataques de estos piratas, la realidad es que buena parte de los cargueros están cambiando su ruta y llegarán a Europa rodeando África, lo que supondrá encarecimiento y retrasos.
  • El Canal de Panamá está afectado por una severa sequía desde el mes de agosto, lo que pone supone otro problema para el comercio internacional, ya que por esta infraestructura transitan al día entre 40 y 50 barcos, pero ese número se ha tenido que reducir a unos 24 barcos, lo que regirá a partir de febrero de 2024.

La desaceleración del comercio en el primer semestre de 2023 ha afectado a un gran número de países y a una amplia gama de mercancías, concretamente determinadas categorías de manufacturas tales como hierro y acero, equipo de oficina y telecomunicaciones, textiles y prendas de vestir, mientras que las ventas de vehículos de pasajeros aumentaron considerablemente en 2023.

Las cifras del crecimiento del PIB mundial a tipos de cambio del mercado, que se prevé que se sitúen en el 2,6% en 2023, apenas han variado desde las previsiones de abril. Sin embargo, los cambios en la composición regional del crecimiento podrían repercutir en el comercio.

  • En concreto, las tasas de crecimiento del PIB previstas en América del Norte para 2023 y 2024 se han corregido al alza, y se prevé que aumenten respectivamente del 1,5% y el 1,0%, según las estimaciones de abril, al 2,2% y al 1,4% en el informe actual.
  • Al mismo tiempo, las estimaciones para Asia correspondientes a 2023 y 2024 se han corregido a la baja y se prevé que disminuyan respectivamente del 4,2% y el 4,3%, según las previsiones de abril, al 4,1% y al 4,0%.
  • Se prevé que en 2023 el crecimiento del PIB europeo se sitúe en el 1,0%, ligeramente superior al 0,9% previsto en abril, mientras que en 2024 el crecimiento se reducirá al 1,4%, en comparación con el 1,8% registrado anteriormente.
  • Por último, la producción de la región de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) debería superar las previsiones anteriores, tanto este año como el próximo año.

En su artículo Ossa señala también que “en lo referente a las importaciones, la demanda parece estar disminuyendo en las economías manufactureras, y se prevé que la contracción de los volúmenes de importación en 2023 oscilará entre el 0,4% y el 1,2% en América del Norte, América del Sur, Europa y Asia. Por otra parte, las importaciones parecen haber aumentado considerablemente en las regiones que exportan de manera desproporcionada combustibles, gracias al incremento de los ingresos derivados del aumento de los precios”.

España mantiene la posición internacional

España es una de las grandes economías de Europa que mantiene un índice aceptable de crecimiento, mientras pesos pesados del euro como Alemania empiezan a hacer aguas, la economía española avanza viento en popa.

De hecho, como publica El español, el déficit comercial durante los siete primeros meses del año descendió hasta los 21.32 El déficit comercial español de los siete primeros meses del año descendió hasta los 21.323 millones de euros frente al déficit de 38.524 millones registrado en el mismo periodo de 2022), lo que supone una reducción del 44,6%.

Según el informe mensual de comercio exterior publicado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, las exportaciones españolas de mercancías se incrementaron un 3,3% interanual en el periodo enero-julio y alcanzaron los 230.397 millones de euros, máximo histórico. Por su parte, las importaciones descendieron un 3,7% hasta los 251.720 millones de euros. En cuanto a la tasa de cobertura -cociente entre exportaciones e importaciones- aumentó hasta el 91,5% (85,3% en enero-julio de 2022, lo que supone una reducción del 44,6%.

Nubes grises para 2024

Aunque la publicación de Ossa asegura que las perspectivas para el próximo año “no se han revisado a la baja y siguen siendo relativamente sólidas. Prevemos que el crecimiento del comercio alcanzará el 3,3% en 2024, cifra ligeramente superior a nuestra estimación del 3,2%, realizada en abril. Es probable que el crecimiento más fuerte previsto para 2024 se vea impulsado por el aumento del comercio de bienes estrechamente vinculado con el ciclo económico, como maquinaria y bienes de consumo duraderos, que tienden a recuperarse cuando el crecimiento económico se estabiliza.

Un artículo de Inma Benedito aparecido en el digital businessinsider.es recoge declaraciones de Rafael Doménech, director de Análisis Económico de BBVA Research, que tiene otra visión del próximo año. Asegura que en los dos últimos ejercicios las exportaciones y el turismo han sido los motores del crecimiento pero que » se van a frenar y no van a aportar prácticamente nada».

Añade como primer dato negativo, si se esperaba que España creciera el próximo ejercicio un 2,1%, ahora se considera que lo hará un 1,8%. El deterioro de las previsiones viene marcado básicamente por algunos “factores diferenciales que explican que el crecimiento de España estuviera muy por encima del de la eurozona», observa Doménech, refiriéndose al comportamiento del turismo y de las exportaciones en los últimos años.

Las empresas españolas llevan meses vendiendo más que nunca en el exterior, pero en 2024 algunos de los sectores que más han contribuido al crecimiento, como el consumo de los no residentes y las exportaciones, se van a frenar y no aportarán casi nada», aclara Doménech.

En el artículo de Beneito también se recoge que las exportaciones se verán lastradas por un entorno global debilitado. «Nos impacta mucho el empeoramiento en Europa, que se ha visto lastrada por el aumento del precio del petróleo«, explica Doménech. Concretamente, cada décima menos de crecimiento en Europa es una pérdida de PIB que se traslada íntegra a España.

A estas evaluaciones habrá que incorporarle el impacto negativo que está generando los problemas en los canales de Suez y Panamá, que en principio se prolongarán mucho más allá del primer trimestre de 2024.

Indicios de relocalización

A todo esto, se suman las consecuencias de las crecientes tensiones geopolíticas y el endurecimiento de las condiciones financieras, ya que países de todo el mundo han aumentado los tipos de interés para luchar contra la inflación, comienzan a generar indicios de una incipiente fragmentación del mercado, aunque todavía no es muy constatable una desglobalización generalizada.

Para Ossa la participación de los bienes intermedios en el comercio mundial, es un dato clave para conocer la salud y el alcance de las cadenas de suministro mundiales -un indicador clave de la magnitud de la fragmentación del comercio. Este dato descendió al 48,5% en el primer semestre de 2023, frente a un promedio del 51,0% en los tres años anteriores. Si bien esta evolución sugiere que las cadenas de suministro pueden contraerse, también puede reflejar sencillamente un aumento de los precios de los productos básicos.

Quizá un dato más concreto referido a aumento de la relocalización en países vecinos reside en la reciente disminución de los interlocutores comerciales de Asia en el comercio de los Estados Unidos respecto de partes y accesorios, un componente importante de los bienes intermedios. Resalta que, aunque este fenómeno es visible, por el momento “esas tendencias no apuntan a una desglobalización generalizada, seguiremos vigilando de cerca la situación en el futuro”.

Recomendaciones para mejorar

El presidente Club de Exportadores e Inversores Españoles, afirma en una colaboración publicada en el diario económico Cinco Días que “para hacer frente a los retos de medio plazo, entre los que prioritariamente se encuentra la mejora de la competitividad del sector exterior español, es necesario acometer reformas estructurales. Entre otras, facilitar el aumento del tamaño medio de las pymes, ya que las empresas medianas tienen mayor propensión exportadora, generan empleo de más calidad y son más propensas a innovar”. Entre sus recomendaciones para mejorar el sector exterior también destaca que “urge una reforma en profundidad de las finanzas públicas para reducir el volumen de deuda y el déficit, y, especialmente, aminorar la carga fiscal, tanto en forma de impuestos como de cotizaciones sociales que soportan nuestras empresas. Además, es necesario simplificar la carga regulatoria y aumentar la seguridad jurídica”.