La intensidad de la crisis del COVID-19 empieza a incidir de forma intensa en la economía y, como una de sus primeras consecuencias, en el consumo de productos y servicios, lo que genera una desaceleración del comercio internacional y del transporte de mercancías, que se va reduciendo con el paso de los días. En esta crisis los Estados están garantizando el abastecimiento de productos de primera necesidad para abastecer a la población y disponer de material sanitario, para lo que están utilizando vía aérea, marítima o terrestre.
Según las últimas estimaciones de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la epidemia de Covid-19 causará una presión a la baja sobre la inversión extranjera directa entre -5% y -15%, principalmente a causa del aplazamiento de la misma. Esto se suma a los efectos negativos que han tenido las guerras comerciales y el Brexit desde mediados del pasado año.
Por su parte los analistas de la consultora IHS Markit prevén que las pérdidas de producción serán intensas, pero el descenso previsto está muy lejos de la crisis financiera mundial. Señalan que la recuperación de la actividad económica podría iniciarse a partir del cuarto trimestre de 2020.
Tras el cierre de las fronteras internas, la Comisión Europea ha publicado unas Directrices sobre gestión de fronteras para asegurar la libre circulación de mercancías. No obstante, éstas por ahora se limitan a especificar que los Estados miembros no deben comprometer la integridad del mercado único de bienes.
Mientras no se adopte una posición común, cada país está fijando sus propias medidas, como la exención en el cumplimiento de los tiempos de conducción y descanso o la suspensión de la prohibición de circular los sábados. Bruselas también está trabajando con los Estados en la apertura de unos pasos francos de acceso rápido (“carriles verdes”) para el transporte de mercancías.
La Comisión insiste en que es preciso facilitar un movimiento seguro para los trabajadores del transporte, incluidos los conductores de camiones y trenes, los pilotos y las tripulaciones aéreas, a través de las fronteras internas y externas, es un factor clave para garantizar el movimiento adecuado de mercancías y personal esencial», subraya la Comisión. Por lo tanto, solicita que cualquier restricción sea «transparente, debidamente motivada, proporcionada, relevante y específica de modo» y finalmente «no discriminatoria».
Transporte por carretera
El transporte por carretera es el más afectado por el COVID-19 por la introducción de controles fronterizos y por su vulnerabilidad ante los contagios. Aunque la imposición de limitaciones al movimiento de personas llevadas a cabo en un gran número de países no se aplica al movimiento de mercancías, se están detectando ciertas incidencias, especialmente en el transporte por carretera.
La Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU) por su parte, ha pedido mayor flexibilidad en los tiempos de conducción y descanso, así como el levantamiento de ciertas restricciones de entrega.
Algunos países ya han tomado medidas en esta dirección, como lo demuestra la evaluación de las medidas actuales actualizadas regularmente en la página web de IRU dedicada a la crisis del coronavirus. Francia se está preparando para seguir su ejemplo. «En particular, se trata de permitir que los empleados viajen a su lugar de trabajo o lugar de producción, para mantener abiertos los servicios esenciales para la cadena de suministro (estaciones de servicio que incluyen puntos de venta de alimentos, paradas de camiones, garajes para vehículos pesados, instalaciones sanitarias en áreas de servicio, etc). Propone que se otorguen exenciones para garantizar el tránsito fluido de las operaciones de transporte.
La Comisión Europea quiere poner fin a las prohibiciones y controles inoportunos y unilaterales que se han establecido y considera que «las medidas de control no deben socavar la continuidad de la actividad económica y deben preservar la operación de las cadenas de suministro», especialmente para los alimentos y el equipo médico.
Algunos datos indicativos:
Transporte aéreo
A nivel mundial, las aerolíneas están cancelando o reduciendo sus vuelos desde/hacia China, Europa y los Estados Unidos, lo que tiene un impacto sustancial en la carga aérea y la capacidad disponible. No obstante, en casi todos los países, los aviones de carga siguen funcionando y se les permite viajar entre países como de costumbre.
Transporte marítimo
Está sintiendo de frente las consecuencias de la pandemia de coronavirus, que complica el movimiento de mercancías, aunque la mejora de la situación de China comienza a generar una mayor tranquilidad.
El secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), Kitack Lim, ha asegurado que «los centros neurálgicos del transporte (marítimo) se ven afectados. En estos tiempos difíciles, la capacidad del sector para suministrar bienes vitales, incluidos los suministros médicos y los alimentos, será fundamental para responder a esta pandemia y, en última instancia, superarla». Desde esta organización se ha asegurado que numerosos puertos están cerrados, ya que las autoridades de algunos países intentan reducir la circulación de bienes y personas para frenar la propagación del COVID-19.
Así lo corrobora el secretario general de la Cámara Naviera Internacional (ICS), Guy Platten, quien asegura que «la situación es especialmente problemática cuando se trata de atracar, ya que los buques a veces se ven obligados a esperar 14 días».
La limitación de la movilidad de personas ha llevado a diversas navieras especializadas, como Brittany Ferries, que opera enlaces a través del Canal de la Mancha pero también a Irlanda y España, a transportar mercancías.
Por su parte, Lars Jensen, experto en transporte marítimo, ha señalado que el envío de contenedores bien puede enfrentarse al peor de los escenarios, sobre todo por la reducción del consumo y la inversión empresarial en un momento de gran incertidumbre. Añade que a finales de 2020 o 2021 se producirá un rebote muy fuerte de los volúmenes de mercancías, conforme retorne la normalidad. Lo que se va a traducir en un periodo de pérdidas y “blanks sailings” seguido de otro dentro de medio año de escasez de capacidad temporal.
Transporte ferroviario
En Europa, los trenes funcionan como de costumbre y el tráfico ferroviario de mercancías entre Europa y China se ha reanudado en más del 90 por ciento.
Indicaciones de algunos países:
China ha sido uno de los grandes perjudicados por el COVID-19, aunque después de tomar unas drásticas medidas, empieza a notarse algunos síntomas leves de recuperación, ya que se ha marcado el 8 de abril para levantar la
Italia está endureciendo las restricciones y el cierre de comercio y empresas, lo que supone una reducción de las relaciones comerciales y de las exportaciones a este país.
España mantiene la libre circulación de mercancías de primera necesidad, aunque son muchos los sectores que están reduciendo su producción y sus ventas con motivo de la pandemia, lo que repercute negativamente en el transporte de mercancías. Los sectores industriales vinculados a la automoción, calzado, textil, juguete y mármol están sufriendo por un lado el desabastecimiento de sus proveedores de Asia y, por otro, la falta de pedidos en el mercado europeo.
Estados Unidos está en pleno proceso de expansión del virus y han empezado los procesos de confinamiento de la población y cierre de empresas, imitando las acciones preventivas tomadas en Europa, lo que está empezando a producir problemas con las mercancías, por las restricciones en la circulación y los controles establecidos en distintos estados.
Latinoamérica se ha visto afectada más tarde que otras regiones del Planeta, pero ya han empezado a tomarse medidas restrictivas como el cierre de ciudades y locales públicos, a lo que se suma el confinamiento de la población en sus casas.
África está siendo la región menos afectada por el brote del Covid-19, siendo Egipto, Sudáfrica, Argelia y Marruecos los países con mayor número de casos. No obstante, los expertos se mantienen en alerta, principalmente porque la mayoría de países africanos no tiene los recursos financieros o de atención médica necesarios para hacer frente a esta pandemia.
Es probable que la interrupción de la fabricación se concentre en Costa de Marfil, Etiopía, Ruanda y Sudáfrica, dada su dependencia de las importaciones chinas. Nigeria y Camerún son menos dependientes que otros países del África subsahariana en el mercado chino para las exportaciones de petróleo crudo y están menos afectados.
Finalmente, en África Oriental es probable que el debilitamiento de las exportaciones agrícolas sea el obstáculo más inmediato para el crecimiento, especialmente dada la destrucción continua de los cultivos causada por la plaga de langostas.