La crisis del COVID-19 ya se deja sentir sobre el PIB, sobre el empleo, sobre la economía de las familias y también en el sector exterior. El comercio internacional de España sufrió en marzo un retroceso interanual del 14,5% en las exportaciones y del 14,4% en las importaciones. Según una encuesta realizada por el Club de Exportadores, casi ocho de cada diez empresas con actividad exportadora/importadora aseguran que la crisis del COVID-19 está impactando de forma bastante negativa o muy negativa en su negocio internacional. Entre los mayores problemas que destacan se encuentran las restricciones de movilidad primero y el hundimiento de la demanda después. Así, por bienes, la caída de las exportaciones en marzo ha sido especialmente grave en productos energéticos (45,3%, en interanual), en el sector de la automoción (33,7%) y en las materias primas (31%). Estos datos están provocando la renegociación de muchos contratos internacionales.
Las organizaciones empresariales y la Administración buscan nuevas oportunidades en el extranjero para empresas españolas. El rastreo que se está llevando a cabo abarca varias regiones y diversos objetivos en Asia como China, Japón y Corea del Sur, así como otros en África. Lo que se busca es diversificar al máximo los mercados geográficos. El mayor foco está en Asia, particularmente en China, por las amplias oportunidades que ofrece con su intento -aunque tibio- de apertura al exterior.
La Asociación de las Empresas Industriales Internacionalizadas (AMEC) impulsa los nuevos factores clave de competitividad en las empresas en España: anticipación, adaptabilidad, colaboración, glocalización y sostenibilidad. Considera que el impulso al sector exterior será el motor de la recuperación como en la crisis anterior, llegando a superar el 30% del PIB. Ha elaborado un informe en el que reclama recuperar la complicidad público-privada en el diseño y ejecución de la política de internacionalización, facilidades telemáticas en la gestión aduanera y contención temporal de tasas y tarifas en puertos y aeropuertos.
Propone también un plan para eliminar barreras en origen que tienen las empresas exportadoras, como trámites aduaneros, movilidad de personas y fiscalidad. Como políticas activas reclama el aumento de la toma de riesgo público con apoyos financieros a la internacionalización; adaptación de los programas de apoyo a la nueva generación de instrumentos de promoción internacional (marketplaces, marketing digital, realidad virtual y aumentada, ferias y congresos virtuales) y recuperar los programas de ayuda a la inversión en el exterior y para la creación de redes de asistencia técnica. A esto suma que es preciso evitar el repliegue proteccionista y reforzar los mecanismos de cooperación entre los países europeos: reclama a la administración europea una política industrial a escala europea y una estrategia conjunta en Inteligencia Artificial y en inmigración, impulsar el comercio internacional y una refundación de la OMC.
El transporte marítimo
La organización de las asociaciones de navieros de la UE (ECSA) ha hecho públicos los resultados de una encuesta realizada en abril entre sus asociados para comprender mejor el impacto económico de la pandemia de la COVID-19 en el sector y evaluar el alcance de las medidas de la UE y nacionales aplicadas para hacer frente a esta situación.
Según los resultados de esta encuesta, todos los segmentos, exceptuando los petroleros, han registrado pérdidas significativas en sus ingresos, que han disminuido hasta en un 60%. Los más perjudicados son los ferries y los cruceros, directamente afectados por las limitaciones a la movilidad de pasajeros impuestas por los gobiernos para frenar el contagio del coronavirus, así como los transportes de automóviles como mercancía y buques de servicios off-shore. Los encuestados esperan una cierta recuperación de cara al resto del año.
En muchos casos se está ralentizando el flujo de insumos para la industria nacional, lo que puede producir cuellos de botella en los procesos productivos locales y el comercio que, evidentemente ya están golpeados por años de recesión y tres meses de cuarentena total para los sectores “no esenciales”. Las perspectivas son que quedan muchos meses para volver al nivel de actividad previo a la crisis en este año 2020.
Transporte aéreo
En abril, se transportaron 34.675 toneladas de carga en toda la red de aeropuertos de Aena, un 59,7% menos respecto al mismo mes de 2019, debido a que una parte muy importante de la carga habitual se traslada en aviones comerciales de pasajeros. Los cuatro aeropuertos que registraron mayor tráfico de mercancías fueron Adolfo Suárez Madrid-Barajas, con 18.041 toneladas (-59%); Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, con 4.924 (-64,7%); Zaragoza, con 4.301 toneladas (-72,9%), y Vitoria, 4.006 toneladas (-19,5%).
Desde el comienzo de la crisis, Aena ha centrado los esfuerzos de sus aeropuertos en la operación de vuelos esenciales para garantizar la llegada de material sanitario y de productos para el abastecimiento de la población, así como en facilitar el retorno de los españoles y la salida de los extranjeros no residentes hacia sus países de origen. A estas operaciones se han sumado otras críticas como vuelos de emergencias, Organización Nacional de Trasplantes o Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
La capacidad de carga disponible en los aviones de pasajeros en marzo estaba en torno a un 44% más baja que el año anterior, según la asociación de transporte aéreo. Si bien los mayores cargueros aéreos añadieron más vuelos, la capacidad total de carga aérea disminuyó un 25% en comparación con marzo del año anterior, según los datos más recientes disponibles.
Transporte por carretera
El sector ha perdido, desde la declaración del estado de alarma, más de un 50% en su tráfico habitual, y hay en peligro más de 55.000 empleos. Las previsiones dicen que este ejercicio habrá un descenso de actividad por encima del 20%.
La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha realizado una encuesta a 1.197 compañías de transporte y logística de toda España, cuya principal conclusión es que el 42% de las empresas del ramo se han visto obligadas a realizar algún tipo de regulación de empleo.
Por su parte, desde la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) se apunta que el tráfico ha ido cayendo desde el 15 de marzo semana a semana hasta llegar a situarse por encima del 50%. Para la organización es muy preocupante la situación de los camiones que regresan en vacío, ya que la media de kilómetros que recorren en ese estado se ha disparado por encima del 30%, un gasto que repercute en la cuenta de resultados y que no genera ningún ingreso.