Negociar es la actividad a la que dedican más tiempo los ejecutivos que trabajan en un entorno internacional y, sin duda, la más decisiva para valorar los resultados obtenidos.
Si a ello añadimos las grandes diferencias que existen en la cultura empresarial de los distintos países tendremos la justificación de por qué es tan importante poseer y perfeccionar las habilidades negociadoras cuando se trata con clientes, proveedores, distribuidores, socios o filiales en el exterior.
Ciertos principios de negociación internacional deben aplicarse cualquiera que sea el lugar del mundo en el que se negocia: Cualquiera que sea el tipo de negocio que se vaya a realizar en un mercado exterior y el estilo de negociación de la otra parte es aconsejable mantener unas pautas de comportamiento que son homologables a todos los países y culturas.
Además de las condiciones innatas y la experiencia profesional de cada ejecutivo, estos consejos ayudarán a negociar de forma eficaz en un contexto internacional.
Consejos y recomendaciones para tener en cuenta.
Uno de los problemas más generalizados en la negociación internacional es la falta de adaptación generalizada del negociador internacional en un doble sentido: no se adapta a las propuestas y el estilo negociador de la cultura a la que pertenece su interlocutor y no da argumentos poniéndose “en la piel” de los otros.
- Saber planificar la negociación, distinguiendo entre cada una de las etapas.
- Conocer las técnicas que sirven para hacer avanzar una negociación y cerrar el acuerdo.
- Adoptar un enfoque ganador.
- Conocer y aplicar el concepto de margen de maniobra en función de cada país.
- Comprender las diferencias entre negociación nacional e internacional.
- Tener en cuenta los elementos culturales del país en el que se negocia.
- Utilizar habilidades negociadoras que son comunes a todos los países.
- Tener una actitud emprendedora.
- Crear y mantener relaciones personales.
- Resumir toda la información que se obtenga.
- Flexibilidad y resistencia a los horarios.
- Preparación del viaje.
- Tener una estrategia negociadora.
- Aceptar la idea de ser extranjero.
- Conocer las costumbres y usos sociales de los países que se visitan.
- Adaptarse al ritmo de negociación del país en que se negocia.
- Negociar el precio. Es imprescindible establecer una correcta política de fijación.