Argelia reestablece las relaciones comerciales con España

Hace apenas unas horas la Asociación Profesional de Bancos y Establecimientos Financieros (ABEF) de Argelia ha emitido una circular en la que reactiva la posibilidad de realizar pagos y cobros de comercio desde y hacia España, lo que en la práctica la recuperación de las relaciones comerciales entre ambos países.

La circular del pasado 9 de junio imposibilitaba las relaciones comerciales con nuestro país. Este documento, emitido como una respuesta a la suspensión del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre España y Argelia por parte del primer ministro argelino, Abdelaziz Djerad, como represalia por el cambio de postura del gobierno español respecto al Sáhara Occidental.

En una nueva misiva oficial, ABEF ha anunciado el levantamiento de las restricciones de las operaciones bancarias para el comercio exterior con nuestro país. “Tengo el honor de informarles de que, tras la evaluación de la instrucción descrita en esta carta y en consulta con los agentes del comercio exterior afectados, las medidas de precaución mencionadas ya no son necesarias”, ha declarado a través de un comunicado la institución.

Durante este parón en las relaciones comerciales entre España y Argelia, se han congelado operaciones por un valor estimado de 355 millones de euros. Tras esta reactivación, las empresas españolas se enfrentan a la posibilidad de que la marcha atrás de Argelia en el pulso que echa a España sea meramente táctica, para sortear posibles sanciones de la Comisión, o bien si supone una rectificación en toda regla que va a permitir la reanudación del comercio bilateral, que está bajo mínimos.

El encontronazo hispano-argelino ha afectado a todo el comercio y a algunos contratos, excepto a los hidrocarburos que Argelia exporta. El suministro de gas es hoy en día el único vínculo comercial que se mantiene, pero desde principios de año España ha reducido sus compras a Argelia y EEUU se ha convertido en su primer suministrador, a pesar de un mayor coste para España dado el proceso de regasificación del gas natural licuado.

La invasión rusa a Ucrania genera grandes incertidumbres sobre la ruta ferroviaria de mercancías que une Asia y Europa

El transporte de mercancías por ferrocarril es una forma cada vez más atractiva para quienes comercian en los mercados internacionales, sobre todo con trayectos de muy largo recorrido como los que afectan a la logística entre China y la Unión Europea. Se trata de un medio muy competitivo en precio comparado con el aéreo y más rápido que las rutas marítimas entre puntos de larga distancia.

Junto con el transporte aéreo y marítimo, el transporte de mercancías por ferrocarril es ahora una forma cada vez más atractiva de enviar mercancías entre China y Europa. Los principales beneficios son la velocidad y el coste. El transporte de mercancías por ferrocarril es más rápido que el marítimo y más rentable que el aéreo.

Por tanto, el ferrocarril es ideal para mercancías imperecederas y con un bajo coste de mantenimiento. De esta manera los envíos ferroviarios de Asia a Europa corresponden a industrias como la automoción, de consumo, minorista y de moda, fabricación industrial y tecnología.

La recuperación de la “Ruta de la Seda”, en este caso con líneas ferroviarias, está atrayendo cuantiosas inversiones, sobre todo del gobierno chino, con el objetivo de generar un trayecto cada vez más directo que solo necesite el apoyo de entrega en la última milla.

Algunos datos apoyan esta tendencia:

  • El viaje en tren de China a Europa, de terminal a terminal, y dependiendo de la ruta, dura entre 15 y 18 días. Eso es aproximadamente la mitad del tiempo que lleva mover contenedores por barco, lo que facilita la reacción a los cambios del mercado y reducen los stocks.
  • Los costes de los fletes marítimos son más bajos que los del ferrocarril, aunque los tiempos de entrega se prolongan.
  • Los altos costes del transporte aéreo lo hacen viable solo para productos con alto valor añadido.
  • Las emisiones de CO2 del tren son las más bajas.
  • Hay compañías especializadas en la consolidación de carga.
  • Se está incrementado el uso de contenedores refrigerados (Reefer).

Líneas ferroviarias de mercancías entre China y Europa

En la actualidad hay operativas dos rutas principales para los trenes de mercancías, con conexiones a otros territorios:

  • Ruta Sur: a través de Kazajistán y el sur de Rusia es la más adecuada para el transporte de mercancías desde y hacia el centro de China, por ejemplo, las regiones que rodean Chengdu, Chongqing y Zhengzhou.
  • Ruta Norte: a través de Siberia es ideal para el transporte de contenedores a las regiones del norte alrededor de Beijing, Dalian, Suzhou y Shenyang.

Los puntos de recepción de mercancías más relevantes de Europa son: las terminales de Duisburg y Hamburgo en Alemania y Varsovia en Polonia. La mayoría de los productos tienen como destino Alemania, el mercado más grande, pero las entregas también van a los países vecinos: Bélgica, los Países Bajos, Francia, Dinamarca, Suiza y, en ocasiones, se extienden al Reino Unido, España y Noruega.

Un largo proyecto con peculiaridades

En los últimos años, China ha realizado inversiones sustanciales en el enlace ferroviario entre Asia y Europa, construyendo sus propias terminales y líneas ferroviarias.

Pero no todo es tan positivo:

  • Algunos países de la ruta están sujetos a sanciones o boicots por parte de países europeos y viceversa, lo que significa que algunas mercancías pueden estar sujetas a prohibiciones para ciertos países.
  • La infraestructura rusa es muy antigua y la inversión es mucho más baja.
  • La ruta cruza varias fronteras entre países sin acuerdos comerciales mutuos.
  • Los territorios que se atraviesan tiene distintas características climatológicas, lo que puede afectar a algunos productos.

El transporte de mercancías por ferrocarril puede ser una alternativa fiable, rápida y eficiente a los métodos de transporte existentes. Obtenga una comparación de nuestros expertos para ver cómo puede ahorrar costos y ganar velocidad con una solución ferroviaria que se ajuste a sus necesidades.

Un escenario marcado por la guerra

Las sanciones que la Unión Europea ha impuesto a Rusia por su invasión a Ucrania tienen un impacto directo en la ruta ferroviaria de carga entre China y Europa y generan inseguridad en la labor de los transitarios, lo que está provocando un desplazamiento del comercio internacional a las rutas marítimas, para evitar problemas con la carga y el incumplimiento de los plazos de entrega, lo que puede afectar a los cobros de las mercancías. Aunque las empresas y los Estados trabajan para conseguir a acortar los tiempos de recorrido, la falta de inversión y los numerosos procesos de recarga encarecen y retrasan la llegada de cargas a Europa.

Una consecuencia directa es que el tren semanal China-Europa desde Shangháiha experimentado una caída del 40 % en las reservas y una reducción de su frecuencia. Del mismo modo, el tren de carga de la Ruta de la Seda de Vietnam ha sido suspendido. El servicio, que opera a través de Zhengzhou, se  estableció en julio tras la creciente demanda en el sudeste asiático de opciones de carga no marítima o aérea y la congestión de camiones pesados ​​en la frontera entre Vietnam y China.

Además, el trasvase de más mercancías a las rutas marítimas va a suponer un aumento del 5% al 8% en un sistema que desde hace muchos meses está al borde del colapso.

El transporte de mercancías por ferrocarril es el pilar más sostenible para el desarrollo logístico del futuro

Aunque está demostrado que el ferrocarril es el modo de transporte más sostenible por unidad transportada y el menos contaminante en materia de emisiones, España está en el vagón de cola del transporte ferroviario de mercancías en Europa. Así lo evidencian las estadísticas de Eurostat, que confirman que solo el 4% del volumen total del material que cada año se mueve en el país lo hace por tren, mientras que el 96% restante viaja casi exclusivamente por carretera.

Estas cifras relegan a España al antepenúltimo puesto de Europa (solo por encima de Grecia e Irlanda), después de perder la mitad del volumen transportado en dos décadas. España está muy lejos de la media de la Unión Europea, donde los trenes convencionales posibilitan el 18% del transporte interior de mercancías, frente al 75% por carretera y otro 7% por navegación fluvial.

La Rail Freight Forward (una asociación de empresas europeas de transporte de mercancías por ferrocarril comprometidas con la reducción drástica del impacto negativo del transporte de mercancías en el planeta y la movilidad, a través de la innovación y una combinación de transporte más inteligente) se ha fijado como objetivo que el transporte de mercancías que utiliza el ferrocarril en Europa alcance el 30% del total en 2030 (un objetivo que parece poco probable de alcanzar en España), como factor clave en la lucha contra el cambio climático.

Hay un dato objetivo que impulsa esta propuesta: el transporte en tren de mercancías realiza 9 veces menos emisiones de CO2 que el transporte por carretera y 160 veces menos que el avión.  Por tanto, la trasferencia modal del transporte de mercancías a nuestros trenes es por lo tanto clave en cualquier estrategia de transporte sostenible.

Otras ventajas del transporte ferroviario son: su seguridad (bajo índice de accidentes); más resistente a las inclemencias meteorológicas; regularidad en los tiempos y en la velocidad; económico; con tarifas estables; baja huella de carbono; y puede llevar cargas muy voluminosas.

El pasado ejercicio, considerado el año del ferrocarril por la Unión Europea, se ha puesto el acento en conseguir el espacio ferroviario europeo único, esto es, una red ferroviaria europea más eficiente, con una movilidad transfronteriza conectada, sostenible, inclusiva, segura y protegida dentro de la UE.

España y Portugal tienen un problema añadido: cuentan con un sistema de vías de ancho distinto al estándar del resto de países europeos, lo que imposibilita la entrada y salida de trenes en la frontera con Francia. Esto supone una desventaja competitiva en el ámbito de las mercancías pues se traduce en una demora de 10 horas al cambiar los contenedores para que puedan llegar a su destino, lo que sumado a la falta de conexiones portuarias evidencia y explica el aislamiento de España con respecto a sus vecinos.

Para superar esta situación el Tribunal de Cuentas exige que se destinen más fondos europeos a resolver los cuellos de botella y a solventar la falta de conexiones de puertos, de las zonas fronterizas y a acciones que mejoren la competitividad de este transporte, fundamentalmente la renovación de las infraestructuras obsoletas.

De hecho, recientemente el Gobierno ha hecho pública la versión definitiva de la estrategia Mercancías 30 con la que pretende doblar la cuota de este modo de transporte frente a la carretera hasta el final de la década. El plan impulsado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana contempla inversiones por valor de 8.000 millones de euros para impulsar el transporte de carga por ferrocarril y hasta el 10% en los próximos ocho años.

Una apuesta por un transporte intermodal

El transporte intermodal combina dos o más tipos de transporte diferentes (aéreo, marítimo, por carretera o ferroviario), sin necesidad de transbordar la mercancía. Para ello se usa una misma unidad de carga, lo que permite garantizar la seguridad de la mercancía durante todo el trayecto. El transporte intermodal ferroviario es popular porque tiene conexiones con cualquier otra modalidad de transporte. A pesar de contar con una serie de características únicas, tiene ciertas limitaciones como su infraestructura o la circulación en algunos países.

A.- Intermodal Carretera – Ferrocarril

En este caso las unidades de transporte intermodal (UTI) pueden ser de dos tipos:

  • Transporte combinado o «ferroutage»: la mercancía viaja en contenedores, semirremolques o cajas móviles (swap body). Éstas viajan por carretera sobre camiones y en la estación se montan sobre vagones plataforma para ir por vía férrea.
  • Transporte combinado acompañado o «piggyback traffic» es aquel en el que se carga el camión completo cargado junto al conductor en el tren, en una plataforma rebajada. Esta modalidad también tiene el nombre de Rail-Road Transport.

B.- Intermodal Marítimo – Ferrocarril

Los trenes llegan al puerto marítimo con las Unidades de Transporte Intermodal. Al llegar, las UTI se cargan directamente desde el tren y se cargan sobre los buques usando grúas pórtico o sidelifters sin necesidad de hacer transbordo.

También está la posibilidad de cargar el transporte completo, esto es camión + mercancía + conductor, en un buque RO-RO de carga horizontal o «roll-on/roll-off».

C.- Intermodal Aéreo – Ferrocarril

Este es el menos común de los tres ya que en la mayoría de ocasiones requiere de transporte rodado para transbordar la mercancía desde el aeropuerto hasta la estación de mercancías.